Se casa mi mejor amiga

Y no es poca cosa.

El mundo nos agota con su interminable retahíla de porqué el cumplir sueños, es eso que le pasa a todos, menos a uno.
Y uno, como pendejo con fe, se lo termina creyendo, hasta que te aburres de no celebrar triunfos, de sentirte poco merecedor. 

Ella se casa y no puedo estar más feliz, ella hoy sabe que vale y que merece; yo que conozco su historia, sé que n ha sido un camino fácil, se de sus angustias y desaciertos. Pero también soy testigo de su aprendizaje y transformación.
 Ella hoy no se mide con los estándares de nadie y abraza a su amor bonito.
Hoy se siente plena, que es como debe sentirse una persona enamorada y que está en una relación de pareja consiente, porque el amor, es tranquilidad y estabilidad.

 Las montañas rusas emocionales, no son buenas, la mentira de los amores a medias no se las merece nadie, porque un amor así, no es amor. Ya no es aeropuerto de amores pasajeros, porque trabajó en sí misma, para descartar a los turistas emocionales, y no es una oda al recato ni a la mojigatería; hay quienes te venden una idea, pero que no están dispuestos a trabajar en ella, mucho menos a cumplirla, aprendió a identificarlos y mejor aún a mandarlos a la mierda antes de que hicieran un desastre.

Hoy está feliz… y su dicha es el resultado de muchos procesos, de soltar personas que no le hacían bien, de cortar lazos con quienes la arrastraban hacia abajo. Se reconcilió con la parte de ella que siempre fue digna de todo lo bueno, dejó de creer que las relaciones son una receta única, se abrió a escribir una historia en sus propios términos y a definir el amor como a ella le sirviera.

 Te celebro en la distancia que escogiste para tu proyecto de vida, aplaudo tu valentía y te deseo una vida en pareja dichosa, en la cual cada uno crezca y por ende haga crecer su amor.
La felicidad está en nosotros y escogemos con quien aumentarla y compartirla, ya llegó tu amor bonito, ese que no lastima, que no humilla, que no empequeñece ambiciones, ni metas, ese que sabe tener una diferencia, sin dejar de respetar.

 Me alegra haber sido un mal ejemplo, porque si algo aprendimos juntas de mi historia, es que cuando lo sabes…lo sabes y que ese riesgo certero vale la pena Luce ese anillo, mueve la mano como batiendo abanico, que nada ni nadie te robe la paz que te costó tanto conseguir.

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