ANDO COMO ABURRIDA






Hasta la coronilla, literalmente, de tanto meme, comentario y chiste flojo de que los hombres durante la cuarentena están mamados de estar con la mujer.

Sepárese y no joda, que pereza tener que ser testigo de cómo estos hombres entran en el cliché de macho conquistador, que se siente castigado por estar todo el día con la persona que escogió como pareja, porque a ellos nadie les puso un revolver en la cabeza para casarse o irse a vivir juntos.

Si usted no soporta a su pareja, déjela y no la someta a la humillación permanente de sus burlas, de su hartazgo y de su desdicha. Porque esas, solo le pertenecen a usted.

Dejemos el resto de reírnos de esas situaciones, porque violentan la dignidad de esa otra persona a la que conozcamos o no tiene sentimientos.

Si para usted la vida monógama es una pereza, no la tenga y consiga una persona para el servicio doméstico, puesto que otra característica de estos seres involucionados es que no buscan cualidades de pareja, si no que tienen una lista muy parecida a las que se publican en ofertas laborales y son tan inútiles que nada saben hacer por la vida, en la casa y por ellos mismos.

No seamos simios que danzan al ritmo de los platillos en el circo, perpetuando violencia hacia las mujeres en forma de chiste, porque no lo son.

De ahí que, como sociedad, se excusen comportamientos peores, porque se mantiene fija la creencia de que el hombre es el que se puede aburrir en razón de su superioridad, de que las mujeres jodemos porque es nuestra naturaleza ser un estorbo y que el matrimonio es un infierno  para ellos y una victoria cuyo premio es el sufrimiento para ellas (“te casaste y te aguantas”).

Deja de compartir pendejadas y deja de creer que son chistes, la violencia en ninguna de sus formas es graciosa.







Sanar los vínculos




En esta temporada de cuarentena y del creciente interés en el auto conocimiento, entre otras tantas cosas más, se da el espacio propicio para hablar de sanar los vínculos.

Ese o esos que le pesan, que lo mantienen encadenado, que les produce rabia, resentimiento o emociones que tradicionalmente llamamos “malas emociones”, pero ¿sabes algo? No existen las emociones malas, pero decir eso en una sociedad que nos ha enseñado que tenemos que ocultar, disimular o no mostrar ciertas emociones, es muy difícil, se podría decir que requiere de valentía.
Para sanar una emoción, primero hay que identificarla, darle nombre y reconocerla, para así canalizarla y entenderla.

Llegado cierto punto de la vida o de alguna circunstancia, nos damos cuenta que no podemos seguir atados a emociones ligadas a malos vínculos y esos vienen de seres humanos con cara, nombre y apellido.

Sanar vínculos, implica entender al otro en su dimensión más general, es un ser humano, quítale el lugar que ocupa en tú vida: madre, padre, hermanos, ex novio, amiga, ex amiga… y un largo etcétera de personas que ya a estas alturas habrás identificado. Y déjalo en la simple definición de ser humano, con errores, con defectos, con carencias, con traumas.

No es perdonar violencia, ni maltrato, no es justificar el daño y perdonar, porque sanar el vínculo no necesariamente implica perdonar.

Eso es una hipocresía social de que uno tenga que andar repartiendo perdones, es de alguna manera sanar la historia propia, para que no haga daño.

Hacer el duelo a ese vínculo que debe morir, para que no ate más nuestras experiencias en este plano o restablecer ese vínculo, que puede salvarse con abrir el corazón.

Este proceso no incluye que el otro lo sepa, no necesitas comunicar lo que haces para tu bienestar interior, no conlleva abrazos, porque a veces esa otra persona no es consciente de lo que hizo y de tus sentimientos; ahora bien, si abrir la experiencia a compartirla para un proceso de sanación mutuo es lo que quieres, hazlo con la precaución de que el otro está en la libertad de aceptar o no.

Porque eso es otro aspecto bastante importante de los procesos de perdón, que se ha convertido en un arma de doble filo, por la cultura de maltrato que impera en la sociedad y son dos los escenarios:

1.       Si alguien te pide perdón, tienes que perdonarlo
2.       Hay que perdonar, aunque no te pidan perdón

¿Cuál de los dos más falso? Ambos.

En el primer caso, nada te obliga a perdonar a alguien, estoy convencida que hay cosas imperdonables y cosas que uno no quiere perdonar, estás en tu libertad de no perdonar.
En el segundo, uno no tiene obligación de andar perdonando cosas, cuando la otra persona, sabiendo o no del daño que causa no lo pide. A esta persona que no le interesan las consecuencias de su actuar, no le interesa tampoco tu perdón, porque no te valora.

Así que sanar el vínculo, no es regalar perdones, ni ir acusando de malos a otros.
Es sanar tus sentimientos en relación a sucesos, en relación a tus expectativas de relaciones, es dejar de pensar en lo que no te dieron.

Cada situación es distinta, como lo es cada vinculo, piensa sabiamente y decide por ti.

Sana el vínculo contigo primero, atiende las necesidades de tu niño o niña interior, déjate ser y deja ir.

Si tienes dudas de como hacerlo en un caso personal y particular escríbeme, no necesitas darme detalles, pero puedo ayudarte a iniciar ese proceso.  

REZAR, ES HACER NADA

Ciertamente que me enferma tanto fanático irresponsable, y escribo fanático porque una parte de mi quiere creer que hay personas responsables y con conciencia social dentro de los miles de creyentes en el mundo, sea cual sea su confesión religiosa.

 Al parecer los únicos medio consientes de la situación actual (COVID-19) son los católicos, y no es por piropearlos, la verdad les costó demasiados siglos y vidas humanas, aprender a ser realistas y precavidos. Imposible olvidar que en épocas de pestes contribuyeron enormemente en su propagación y vendieron oraciones como medicina, aun sabiendo que de nada servía.

 Rezar no sirve para evitar ningún contagio, si a usted le da tranquilidad ¡bien por usted, hágalo, lea la 0biblia, rece el rosario, recite lo que quiera y cante lo que pueda!, pero acate recomendaciones y no se exponga, ni exponga a nadie creyendo que encomendarse a deidades le pone una capa antibacterial protectora.

Me asusta tanta publicación de creyentes que están convencidos y mal guiados por líderes religiosos irresponsables que llaman a reuniones, a rezos y que proclaman a viva voz que las plagas no entran a las casas de los fieles.
 ¿qué tan duro se pegaron en la cabeza para decir cosas así?

 Y son esas mismas personas a las que he visto con fotos viajando en plena epidemia o recién llegados de lugares con casos altos de contagio, visitando bebes de meses y festejando como si en época de vacaciones estuviéramos. Usted crea en lo que mejor le parezca, pero haga uso de su empatía, de la conciencia social, del instinto de supervivencia… o lo que sea, pero úselo para cuidarse a sí, a los suyos y su comunidad. Acate las medidas de prevención y no sea tan irresponsable

Se casa mi mejor amiga

Y no es poca cosa.

El mundo nos agota con su interminable retahíla de porqué el cumplir sueños, es eso que le pasa a todos, menos a uno.
Y uno, como pendejo con fe, se lo termina creyendo, hasta que te aburres de no celebrar triunfos, de sentirte poco merecedor. 

Ella se casa y no puedo estar más feliz, ella hoy sabe que vale y que merece; yo que conozco su historia, sé que n ha sido un camino fácil, se de sus angustias y desaciertos. Pero también soy testigo de su aprendizaje y transformación.
 Ella hoy no se mide con los estándares de nadie y abraza a su amor bonito.
Hoy se siente plena, que es como debe sentirse una persona enamorada y que está en una relación de pareja consiente, porque el amor, es tranquilidad y estabilidad.

 Las montañas rusas emocionales, no son buenas, la mentira de los amores a medias no se las merece nadie, porque un amor así, no es amor. Ya no es aeropuerto de amores pasajeros, porque trabajó en sí misma, para descartar a los turistas emocionales, y no es una oda al recato ni a la mojigatería; hay quienes te venden una idea, pero que no están dispuestos a trabajar en ella, mucho menos a cumplirla, aprendió a identificarlos y mejor aún a mandarlos a la mierda antes de que hicieran un desastre.

Hoy está feliz… y su dicha es el resultado de muchos procesos, de soltar personas que no le hacían bien, de cortar lazos con quienes la arrastraban hacia abajo. Se reconcilió con la parte de ella que siempre fue digna de todo lo bueno, dejó de creer que las relaciones son una receta única, se abrió a escribir una historia en sus propios términos y a definir el amor como a ella le sirviera.

 Te celebro en la distancia que escogiste para tu proyecto de vida, aplaudo tu valentía y te deseo una vida en pareja dichosa, en la cual cada uno crezca y por ende haga crecer su amor.
La felicidad está en nosotros y escogemos con quien aumentarla y compartirla, ya llegó tu amor bonito, ese que no lastima, que no humilla, que no empequeñece ambiciones, ni metas, ese que sabe tener una diferencia, sin dejar de respetar.

 Me alegra haber sido un mal ejemplo, porque si algo aprendimos juntas de mi historia, es que cuando lo sabes…lo sabes y que ese riesgo certero vale la pena Luce ese anillo, mueve la mano como batiendo abanico, que nada ni nadie te robe la paz que te costó tanto conseguir.

El principito

Por: Johanna Carolina Bula  Érase una vez en un país muy muy muy lejano, tan lejano que diera la impresión de ser todos los lugares al mismo...