A mi amor bonito

Muchos meses queriendo poner en palabras nuestra historia, que inició como dices tú: “en un mar de leva, propiciado por una doncella”.

 De otra manera, no podía haber sido, sin esa intervención, lo más probable es que nuestros caminos no se hubieran cruzado, aunque al parecer, estábamos destinados a encontrarnos.
 Me casé con mi amor bonito, con el hombre de mis sueños, describirte es un ejercicio que a ojos de quienes no te conocen solo se ve como una fantasía, pero tú y yo sabemos mi especial relación con el universo y como de las maneras más inesperadas me concede cada deseo del corazón.
Sé que no fue fácil, que no te la puse fácil, pero de alguna manera sanaste cada herida, secaste lágrimas, abrazaste miedos y amaste el paquete completo, mi manera de ser, de pensar, de hacer las cosas, mi extraña manera de demostrar afecto y sin darme cuenta, no dejaba de sonreír y por primera vez me sentí plena, tranquila y absolutamente feliz.
Gracias por cada día, por cada canción, por cada libro, por cada abrazo, por cada beso, por la paciencia y la inteligencia para enamorarme, por hacerme sentir el ser humano más amado y admirado, por ver a este vasito de electro plata como la joya más valiosa.
Por salir por lapiceros, por reírte de mis manías y gozártelas completas, sin querer cambiar ninguna de ellas, por ver la misma película muchas veces, por abrirnos el corazón a mi pelaita y a mí.
Por la ceremonia tan hermosa que vivimos, que no hubiera sido posible, si no amaras realmente la forma en que veo la vida y el mundo; por subir a la tarima desde el primer día, por ser un bandido que se lanzó a robarme un beso, por bailar hasta el cansancio, por mirarme cada día como una bendición.

Porque ya no siento que hay algo de malo conmigo, porque ser una oveja negra es lo que admiras de mí.

 Que ese amor, bendecido por los cuatro elementos, dure por el tiempo de vida de ambos y no me cansaré de decirte, que, si tuviera que cometer todos los errores que cometí a lo largo de la vida, para llegar a ti, los cometería todos y cada uno de ellos.

Hoy somos las lecciones aprendidas de nuestros fracasos, somos esa pareja que muchos creen que lleva años, somos una pareja hecha en el cielo. Las novelas que no vi, no me hicieron falta; no tuve que renunciar al príncipe azul, no me tuve que conformar, no tuve que editarme, ni ser prudente, ni ser menos, ni cerrar el pico, al final de ese camino estabas esperándome con ilusión.

 Amo y admiro tú inteligencia, tu disciplina, tu paciencia, amo todo de ti.
Quien persevera alcanza y quien insiste también, me salí con la mía, me casé con mi amor bonito, con el hombre de mis sueños.

El principito

Por: Johanna Carolina Bula  Érase una vez en un país muy muy muy lejano, tan lejano que diera la impresión de ser todos los lugares al mismo...