No nos enseñaron a dejar ir

Porque no soltamos ni personas, ni certezas, ni hábitos.

Porque la certeza que nos da esa idea de apego se vuelve un colchón de plumas que damos por cierto siempre.
Es más fácil estar convencido de todo eso que creemos, que aceptar que estamos equivocados.

Estar en una relación en la que ya invertiste tanto, y preguntarse ¿cómo voy a dejar a una persona a la que le he dado tanto tiempo?

Pero mientras más le sigues invirtiendo a esa persona o relación que desde hace mucho ya no te da lo que esperas… ¿cuánto más vas a invertir para que por fin te de ese algo que no ha pasado?

 Todos tenemos apegos, unos ansiosos y compulsivos porque los hemos abrazado y estamos convencidos, pero dar el paso de dejar ir es demasiado complicado.

Cuantas cosas, trabajos, relaciones, ideas, personas sabes que debes dejar ir, pero no lo haces por miedo… por usar frecuentemente ese dicho que nos afectó y jodió tanto la vida adulta, como lo es el siguiente :
 “mejor malo conocido, que bueno por conocer”

 Entonces los miedos se vuelven un mar de demonios que creemos que nos van a devorar, que vamos a caer a un precipicio si decidimos soltar la cuerda construida de apegos en casos de miedo e inseguridad.

El miedo de volverse a relacionar, aprender cosas nuevas, nos hacen construir expectativas no reales de un futuro en el que estamos convencidos de que vamos a “perder” y a “sufrir”.
Pero se nos va la vida tras personas que nos lastiman, objetos que nos atan e ideales que nos desgastan, y no vale la pena, al final todo lo que se pierde es ese “tener el control” que tanta seguridad nos da; la condena que ya conocemos y la gloria que dejamos perder.

No queremos que nada nunca acabe, que nada nunca se pierda; esta idea de que la seguridad viene de cosas externas no nos permite dejar ir. 
Y hablamos de cambios que jamás estamos dispuestos a hacer, de que lo bueno debe ser para siempre; pero todo cambia, todo pasa y al final nada es tan importante; las estaciones cambian, las personas son transitorias y los momentos son variables. 
No se trata de no prever, pero tampoco de pensar demasiado, hay resultados que por más cálculos que hagamos no sabremos a ciencia cierta su resultado; pero el apego en sus distintas formas y en las malformaciones que le damos si nos llega a dañar; porque si algo termina es porque se iba a terminar.

Los celosos tienen un apego ansioso, ven enemigos en todas partes, porque sienten que no se merecen las cosas buenas, las relaciones sanas, la fortuna y ni hablar de una pareja que les corresponda en amor. 

Y aquel que se cree que nada se merece y que jamás va a tener la confianza que le dicen la verdad, se vuelven auto saboteador de todo, pero entre más frágil se vuelven las cosas, más se apega a ellas.

Dejar de resistir lo inevitable, tarde o temprano las cosas van a cambiar, la pregunta es ¿qué vas a hacer cuando este cambio suceda, el día después de mañana de tomar la decisión?… 
Nadie se lleva la felicidad de nadie si uno no lo permite, está en nuestras manos ser feliz a pesar de las decisiones que estamos a punto de tomar, esas que son necesario tomar, admitiendo que la vida es cíclica, cada final es un nuevo inicio, en un proceso interminable; no por ello dejan de doler los finales, ni se dejan de temer los nuevos comienzos.

Dejar ir duele, da ira, entristece, estas dejando ir algo que estuvo contigo, algo que amaste, algo a lo que le diste parte de tu tiempo, de tu amor, de tu esfuerzo, etc. 

Elige qué parte de cada cosa se queda contigo, los buenos recuerdos, las sonrisas, las satisfacciones, los logros… eso que en algún momento fue felicidad. Pero deja ir los resentimientos, los malos recuerdos; aunque se queden muchas secuelas con nosotros.

Más duele lo que representa la persona, los ideales, las fantasías, eso que pudo ser y no fue, que dejar ir a la persona misma o a una actividad o una idea.
Se van son tus expectativas, lo que quisiste que fuera esa persona o proyecto para ti, tus mismas expectativas insatisfechas.

Es la hora de asumir los miedos, las catástrofes que “creo” que van a ocurrir; porque reaccionamos a nuestros pensamientos, a lo que imaginamos que va a ocurrir y estos siempre son escenarios fatales, aunque en verdad lo peor que pueda pasar es que seas libre y feliz.
Cada persona cumple en nuestra vida una misión, y nos da una lección, cuando se está listo, la vida nos da un nuevo maestro.

La réplica de los modelos paternos.

La réplica de los modelos paternos.

Se repiten las arengas sin sentido porque los hijos no tienen criterio.
Se les cercena la opinión La mentalidad del borrego que no cuestiona su camino, ni al pastor que lo lleva Que no piensa por sí mismo, sino que delega las decisiones para no asumir las consecuencias de estas Familias enteras tan comprometidas con la inmutabilidad que perpetúan modelos obsoletos de crianza, de pensamiento.

Gente tan maltratada que tiene el ataque como única respuesta a cada interacción social.

 continuará...

DE LOS QUE QUIEREN AMORES COMO LOS DE LOS PERROS.


Poca no es la extrañeza que me causan esas personas que desean un :
“amor como el de los perros”
y no es solo porque no soy muy fan de tener mascotas, sino porque de los amores que no son amores, entra el de los perros.

En cada ocasión que escucho que desean que el amor de sus parejas presentes o futuras sea como el de las mencionadas mascotas, me recorre un frío aterrador por cada parte del cuerpo, porque ya se lo que sigue a continuación.

El discurso se extiende a que los perros todo lo soportan, no importa que los trates mal, ellos igual te aman por encima de ellos mismos ¿en serio consideran normal que puedas maltratar a alguien y que te siga amando igual? Se refuerza con esta comparación la idea de que en el amor hay una víctima y un victimario. Que el amor verdadero es el que sufre, aguanta malos tratos, que puedes abandonar y privar de cariño y aun así es su deber estar para ti, en una sumisión enfermiza, si es que el termino de por si no es redundante.

Cuando se romantiza el amor de los perros, se romantiza la idea distorsionada de que su nobleza radica en lo que es capaz de aguantar, porque de manera consiente e inconsciente eso es lo que a muchos les gustaría, que el amor se diera como y cuando quieran, bajo los términos de su egoísmo e indiferencia, porque no quieren amar a alguien a quien “no puedan controlar”.
No hay nobleza en dejarse maltratar, no se es mejor persona por dar amor a quien no te lo da; no amas más, si aguantas malos tratos, solo te amas menos o no te amas. Porque si esperas como resultado de tus sacrificios, que el otro algún día te lo agradezca, por adelantado te afirmo que nadie agradece lo que no ha pedido.

Y si la recompensa es perderte a ti en ese camino, ¿ese es el amor que quieres? ¿Uno condicionado a tu obediencia, a tu sumisión y anulación?
El despertar de la conciencia nos invita a amar en libertad, a liberarnos del condicionamiento de que para amar hay que sufrir, ¿quién te ama te hace llorar? De felicidad, sí.

Pero quien te ocasiona dolor no te ama, ni podrá amar a nadie más que a sí mismo; cambiemos el concepto de que el amor ideal es como el de los perros y dejemos de paso de tratar a los perros como objetos que nos deben afecto a pesar de nuestra indiferencia.

Cuando no tengas nada bueno que decir, mejor no digas nada

Ya hay demasiados refranes a lo largo de la historia que de alguna u otra manera nos llevan a la misma reflexión, y sin embargo, continuamos haciendo caso omiso.

De pronto esa confusión que se ha generado con el hecho de ser sincero y que como todo lo han llevado al extremo, pasan de ser sinceros a ser verdaderos cretinos y cretinas, que creen tener la verdad revelada de la vida y situaciones de los demás.
Estamos educando a una generación de pequeños cretinos y cretinas, que hablan mal de los demás, que se odian tanto que reflejan ese odio en otros, hiriendo con palabras con tal de quedar bien con algunos, nadie les ha dicho que lo único que logran es apartarse de su humanidad y crear brechas entre ellos y las personas.

Expresiones de descalificación han reemplazado los saludos; la charla sobre temas divertidos o importantes es sacada de la mesa, para darle lugar al chisme (que bajo ningún concepto es bien intencionado).
Lo gracioso del asunto es que no somos poseedores de verdades, pero lo escalofriante de todo esto, es que esta clase de comportamientos son inculcados desde las familias y para ser usado en contra de los mismos familiares, desde ahí podemos sospechar con certeza que así se relacionan con todas las personas dentro de sus círculos cercanos.

¿Eso es lo que queremos ser? ¿personas con cero calidad humana, con cero empatía?

Eso es lo que estamos siendo, estamos popularizando ser malas personas, blindados con un escudo de falsa honestidad. Decir lo que piensas es bastante valido en cuestiones de expresar ideas y posturas, pero eso no nos otorga el derecho de minimizar o ridiculizar a nadie a nuestro lado o a nuestro alrededor.

Es preferible guardar silencio antes de humillar, antes de menospreciar, de hacer comentarios hirientes, solo porque a ti te parece gracioso; si no tienes nada bueno que decir, no digas nada; nadie nunca ha salido lastimado por no recibir un cumplido, pero si hay suficientes personas con heridas abiertas a causa del veneno de palabras malintencionadas.

Cuando los profesores son cretinos y las universidades les dan licencia.




Cuando los profesores son cretinos y las universidades les dan licencia.

 Cuanto hay que agradecer al feminismo y cuanto hay que aguantar por cortesía del machismo, pero pasa que todavía tenemos en las aulas de clase docentes entregados a una labor, no de la educación precisamente, a la labor de ser unos completos cretinos.

He descubierto que el modus operandi del cretino es hablar mucho de nada, hacer poco de lo mismo y mantener una fachada de utilidad, que sus acciones no sustentan.

Poco molesta no estoy con las situaciones a las que las mujeres de cualquier edad estamos expuestas, y es que el machismo está tan incrustado en la mentalidad de ciertas personas, que creen que sus ofensas son gracia.

Las mujeres no tenemos espacios seguros, y no es alarmismo, es algo que es cierto, en todos los lugares somos víctimas de atropellos por parte de quienes creen tener la verdad revelada sobre las posiciones que todos deben ocupar, menos la de ellos mismos, estos personajes deberían estar vetados de las aulas académicas, son un peligro y las universidades no deberían tener contemplaciones con ellos.

 La violencia hacia las mujeres no es chiste, pero a la gran mayoría le da muchísima risa; resulta divertido un profesor que luego de haber sido puesto en evidencia mediante PQRS, se burle de lo denunciado y a tono más de burla, diga en clase “vayan y pónganme más PQRS”.
Esa seguridad solo la da saberse impune, debido a que la universidad lejos de contener y corregir su comportamiento, le ha dado vía libre y le ha demostrado que las quejas de las estudiantes son para ignorarlas.

La violencia en ninguna de sus formas es chiste, las mujeres no tenemos que soportar en las aulas de clase “chistes verdes” o “subiditos de tono” por parte de un docente, que disfraza su trato vejatorio con las risas cómplices de los demás estudiantes que piensan igual.
Está tan normalizado el acoso, los malos tratos, que se olvidan que esas mujeres compañeras de clase, se sienten ofendidas, ridiculizadas…pero que no es importante, mientras a la mayoría le da risa.

Que la mayoría aplauda algo, no lo hace correcto, solo nos coloca en la posición de que nuestro entorno ha normalizado la violencia, que las universidades no son sitios seguros y que hay una permisividad implícita en actuaciones ineficientes por no decir nulas, para detener esta clase de comportamiento.

A mi amor bonito

Muchos meses queriendo poner en palabras nuestra historia, que inició como dices tú: “en un mar de leva, propiciado por una doncella”.

 De otra manera, no podía haber sido, sin esa intervención, lo más probable es que nuestros caminos no se hubieran cruzado, aunque al parecer, estábamos destinados a encontrarnos.
 Me casé con mi amor bonito, con el hombre de mis sueños, describirte es un ejercicio que a ojos de quienes no te conocen solo se ve como una fantasía, pero tú y yo sabemos mi especial relación con el universo y como de las maneras más inesperadas me concede cada deseo del corazón.
Sé que no fue fácil, que no te la puse fácil, pero de alguna manera sanaste cada herida, secaste lágrimas, abrazaste miedos y amaste el paquete completo, mi manera de ser, de pensar, de hacer las cosas, mi extraña manera de demostrar afecto y sin darme cuenta, no dejaba de sonreír y por primera vez me sentí plena, tranquila y absolutamente feliz.
Gracias por cada día, por cada canción, por cada libro, por cada abrazo, por cada beso, por la paciencia y la inteligencia para enamorarme, por hacerme sentir el ser humano más amado y admirado, por ver a este vasito de electro plata como la joya más valiosa.
Por salir por lapiceros, por reírte de mis manías y gozártelas completas, sin querer cambiar ninguna de ellas, por ver la misma película muchas veces, por abrirnos el corazón a mi pelaita y a mí.
Por la ceremonia tan hermosa que vivimos, que no hubiera sido posible, si no amaras realmente la forma en que veo la vida y el mundo; por subir a la tarima desde el primer día, por ser un bandido que se lanzó a robarme un beso, por bailar hasta el cansancio, por mirarme cada día como una bendición.

Porque ya no siento que hay algo de malo conmigo, porque ser una oveja negra es lo que admiras de mí.

 Que ese amor, bendecido por los cuatro elementos, dure por el tiempo de vida de ambos y no me cansaré de decirte, que, si tuviera que cometer todos los errores que cometí a lo largo de la vida, para llegar a ti, los cometería todos y cada uno de ellos.

Hoy somos las lecciones aprendidas de nuestros fracasos, somos esa pareja que muchos creen que lleva años, somos una pareja hecha en el cielo. Las novelas que no vi, no me hicieron falta; no tuve que renunciar al príncipe azul, no me tuve que conformar, no tuve que editarme, ni ser prudente, ni ser menos, ni cerrar el pico, al final de ese camino estabas esperándome con ilusión.

 Amo y admiro tú inteligencia, tu disciplina, tu paciencia, amo todo de ti.
Quien persevera alcanza y quien insiste también, me salí con la mía, me casé con mi amor bonito, con el hombre de mis sueños.

El principito

Por: Johanna Carolina Bula  Érase una vez en un país muy muy muy lejano, tan lejano que diera la impresión de ser todos los lugares al mismo...