El fino arte de
cerrar el pico
Considero de suma importancia, escribir sobre un tema que me
perturba, en realidad, ¡me aterra!
Y es ver como las personas van por la vida, pretendiendo
hacer las veces de psicólogo de todo el mundo, creen tener la verdad absoluta
sobre todas las cosas y no sé a ciencia cierta ¿dónde carajo, obtuvieron un
máster en expertos de la felicidad ajena?.
¿Se han puesto, un minuto a pensar que todo lo que dan como
consejos son sólo opiniones de lo que piensan que está bien, de lo que creen
que es felicidad, de lo que sienten ellos con respecto a...?.Es muy divertido
jugar a ser Dios, dando opiniones sin tener que vivir las consecuencias de las
mismas.
Supongo que sentirse superiores “al emproblemado” , les
aumenta el ego, los hace sentir moralmente superiores y para mí , esa es la
peor enfermedad del siglo XXI; tanto versículo de la Biblia acomodado, tanto
cursito, tanta imagen de autoayuda, no los convierte automáticamente en seres
superiores, ni les ilumina la conciencia, mucho menos les purifica el alma… se
las deja ahí, por si acaso no lo sabían o por si deliberadamente lo ignoran,
dejen de estar metiendo las narices en la vida ajena, no opine a menos que le
pregunten y no se siente con pierna cruzada y tono esperanzador a juzgar la
vida de nadie, ni la de sus hijos!.
Mucho menos hable con la boca llena de argumentos, sobre
situaciones que no conoce… si a usted no le han echado el cuento (la o las
personas involucradas) no crea en versiones de terceros.
Y Virgen de la agarradera, no pretenda por un momento ¡saber
que es lo mejor para alguien!... revise su propia vida y sus diarias decisiones
antes de argumentar sílaba, y verá que prestar la oreja para que alguien se
desahogue es más que suficiente.
Piense que la felicidad, el amor, la amistad, la vida, el
éxito, son construcciones personales, que cada quien escoge sus caminos. No
haga a alguien más miserable de lo que ya es, parece en serio, que les gustara
ver a la gente seguir esos consejos que ustedes dan, pero que rara vez pondrían
en practica.
Deje la doble moral a un lado, con tranquilidad, que hasta
ahora nadie se ha muerto por eso, muy por el contrario se quita un peso bien verraco
de encima.
Y si es de las personas que practica una religión en
particular y tiene a varias personas que creen ciegamente en su criterio,
agarre más juicio, piense dos y tres veces, no vaya a ser que este llevando a
sus ovejas derechito a los barrancos; empecemos a practicar el arte de escuchar
sin juzgar, de mirar las situaciones ajenas como procesos de aprendizaje, a
preguntar directamente las vainas y no de andar sacando conjeturas por
comentarios de otros.
Porque la envidia, es muy fregada; el chisme es el deporte
mundial por excelencia y la doble moral la enfermedad que más muertes
espirituales cobra.
No querrá usted llevar en sus espaldas la muerte en vida de
nadie, menos si es un ser querido por la imposibilidad personal de no conocer
el fino arte de “cerrar el pico”. Pues llegan momentos en los que todos hemos sentido que los demás deben sustentar sus decisiones y no, no deben y no
tienen por qué…son suyas, no nuestras, o acaso usted va a vivir las
consecuencias.
No de consejos, de instrucciones; no juzgue, no joda y si
puede no opine. (con respecto a la vida ajena, si no se lo piden)