En nuestras redes sociales, que son el reflejo de las
conversaciones cotidianas, hemos visto una negativa romantización de las
relaciones toxicas, como la meta dorada en cuestiones de relaciones afectivas.
Situación bastante preocupante, porque la mayoría no fuimos
educados emocionalmente de la manera correcta y se está dando por lógico que
las relaciones toxicas, o las formas toxicas de relacionarse en pareja, son la
norma.
Decimos que estamos en un despertar de la conciencia y hay
miles de vídeos que te hablan de la autoestima y, por otro lado, están otros
grupos (religiosos y conservadores, a los que no les conviene que nada cambie) contra
atacando virtualmente, romantizando las relaciones desiguales, en donde la
mujer para ser considerada buena, debe ser sumisa y anularse en razón de la relación,
en una especie de obediencia debida al varón (cosa que no es nueva, lo que ha
variado es el medio por el cual lo hacen).
Podríamos decir entonces que, en medio de un mundo de
aparente libertad, el marketing nos está jugando en contra.
Hay dos conceptos que debemos dejar claros y es que las
relaciones toxicas y las relaciones abusivas, no son lo mismo y con esto no
estoy diciendo que haya una mejor que otra, porque ambas se sustentan en la inversión
de valores y que no corresponden exclusivamente a las relaciones de pareja,
puesto que en cualquier clase de relación pueden presentarse.
Y veo con asombro como muchas personas las suelen confundir
y dar a estas las mismas soluciones carentes de sustento, es decir, mucho
pensamiento abstracto y gaseoso a dos situaciones distintas, que ameritan
abordajes diferentes.
Las relaciones toxicas, son relaciones en que la dinámica es
la que está viciada y es por parte de ambos integrantes con sus comportamientos
y son estos los que hacen que está dinámica se mantenga.
Son relaciones con una gran carga de desgaste emocional, las
faltas de respeto son mutuas, los celos, los comportamientos y hay una especie
de competencia en quien es capaz de ocasionar un mayor daño al otro, llevándose
mutuamente a minimizar todo del otro, a celarse, es decir, los comportamientos
agresivos sean activos o pasivos, los tienen ambos.
En las relaciones abusivas, uno de los miembros es quien
ejerce la dominación desde una posición de poder.
Este abuso puede ser de distintas formas: físico, emocional,
patrimonial, psicológico y/o sexual, uno de ellos, varios o todos.
El abuso físico es solo una de sus manifestaciones y al ser
la más evidente, es la que se usa con menos frecuencia, pero los demás tipos de
abusos no dejan de ser igual de graves y reprochables.
En esta dinámica es una de las dos personas, sin tener en
cuenta el género de los miembros de la pareja (porque las relaciones abusivas
no se dan solamente en relaciones heterosexuales) y de la persona que es
sometida.
Esta persona que es sometida, lo es en razón de diversas
causas: se siente inferior, asume una posición de sacrificio, renuncia y
complacencia, porque para esa persona tomar estas actitudes de priorizar las
necesidades del otro, es lo mismo que darle prioridad a la relación (cosa que
no es así). Pero que ya estando inmersa la
persona en esta dinámica es casi imposible de diferenciar.
No seamos borregos informáticos, anhelando relaciones o
modos de relacionarnos que atentan contra nuestra individualidad y nuestra
integridad.
Usted no quiere una relación ni toxica, ni abusiva y si la
quiere o la tiene, sin miedo, ¡busque ayuda o acuda a terapia! Este mundo
necesita más personas que vean a los profesionales de la salud mental con el
respeto que se merecen y a su labor como lo que realmente es: indispensable.
Las buenas relaciones de pareja enriquecen y traen consigo
la plenitud para ambos miembros, que de manera individual han sabido trabajar
en sí mismo, para luego aplicarlo en sus relaciones.
Si eres tú la persona toxica o abusiva, cambia, tienes
herramientas disponibles, nadie por amor a ti debería renunciar, ni sacrificar nada
para “probar su amor”, si no eres capaz de cambiar, quédate solo o sola y no le
andes jodiendo la vida a nadie.
Otra cuestión, las personas en esta clase de relaciones no
se quedan porque les gusta o porque quieren, a nadie le gusta ser maltratado hay
otros factores, que en otro post expondremos.
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