El principito

Por: Johanna Carolina Bula 

Érase una vez en un país muy muy muy lejano, tan lejano que diera la impresión de ser todos los lugares al mismo tiempo, había un principito que no tenía ni reino, ni riqueza, que carecía de autoridad y eso lo usaba como justificación para tratar mal a todos a su alrededor.

Es tan tosco y brusco que su sola presencia logra incomodar.

Este principito tan peculiar y común, existe en todos los micro mundos y aunque su cara, profesión, posición cambie, puedes identificarlo porque más que un ser es una forma de ser. De ese tipo de forma de ser que no merecen ser ejemplo, a menos claro está, que sea ese ejemplo que no se debe seguir.

El principito grita para ser escuchado, porque carece de acciones que hablen por él;

Recurre a infundir terror, porque sus habilidades sociales y personales no han sido áreas en las que haya querido trabajar y porque pareciera gozar ser despreciado.

 

El principito se roba el crédito por el trabajo de los demás, porque no es más que un charlatán con el único talento de “parecer ser”, pero que no es nadie.

El principito desconoce a propósito el buen trato, porque se considera el único merecedor de la consideración ajena

El principito reina sobre un reino sin súbditos y ejerce un falso dominio sobre territorios que no le pertenecen; con ínfulas de rey soberano, el principito dicta y manda lo que nadie obedece.

 El principito cree que está por encima de todo y todos, haciendo gala de un egocentrismo con el cual intenta disimular su baja autoestima y sus inexistentes capacidades y virtudes; situación que lo conduce a minimizar a los demás, porque es la única manera que tiene de sentirse grande. Una grandeza que es imaginaria, pero que le da una especie de retorcido consuelo.

 El principito es un solitario que se rodea de mucha gente, que ni tan en el fondo, más bien muy evidentemente lo desprecian, porque saben que no merecen recibir los tratos que este ofrece y tampoco merecen ser menospreciados en sus aportes, capacidades y talentos.

 El principito no es nadie, solo es para el mismo; ejerciendo su falso dominio, ostentando un falso poder, el principito es tantas personas al mismo tiempo con singularidades y el mismo a pesar de tener tantas caras.

El principito da lecciones de vida, que no ha vivido y que tampoco pone en práctica; cree saberlo todo y se siente con el derecho de juzgar desde un pedestal de humo, porque virtudes no tiene.

 Es el mal ejemplo en todo, pero llega a lugares que le permiten afirmarse en su verdad, esa que solo existe para él y que dicho sea de paso es terriblemente desastrosa.

 Y como todo lo que empieza con un “érase una vez” debe tener un fin, así como los principitos y sus infames historias, su fin abarca lo que con tanto empeño sembraron: ser el recuerdo incomodo y arrastrar el lastre de haber sido una mala persona.

 

Fin

A la mierda sus canciones de Arjona y sus frases bobaliconas





Por: Johanna Carolina Bula


A la mierda sus canciones de Arjona y sus frases bobaliconas. 

Hoy no es día para celebrar, porque nuestros derechos siguen estando a merced de una sociedad machista y fanática.  Porque nos matan y violentan por salirnos de la norma y de su ideal de mujer virtuosa y sumisa. Porque las labores de cuidado siguen sin ser remuneradas y se nos ve como las cuidadoras por naturaleza.

Es un día para seguir luchando por igualdad de oportunidades, salarios competitivos y que no nos toque organizar las celebraciones de las empresas

Porque toca seguir luchando porque no nos maten, no nos violen, no nos maltraten y que no nos culpen si lo hacen.

Porque todavía nos educan con libros escritos por hombres en los cuales se nos retrata desde la mirada masculina y que no tienen que ver mucho con quienes somos.

Porque se nos sigue tratando de asistentes y de musas de los hombres, y no como creadoras, inventoras, científicas de igual valor.

Porque somos aun las brujas que llevan a la perdición a la sociedad, cuando decidimos por fuera de los mandatos patriarcales.

Porque somos aun las putas, por disfrutar de nuestros cuerpos y de nuestra sexualidad como nos da la gana.

Es un día para seguir luchando por tener las mismas consideraciones que tienen nuestros hermanos varones y que nuestras voces tengan el mismo peso que los hombres en nuestras familias.

Porque todavía somos las que cocinamos en las ocasiones especiales, mientras los hombres se han atribuido los espacios de gozo, descanso y disfrute.

Porque todavía tenemos que ser flacas para ser bellas y de la caída de nuestras tetas se hacen chistes de mal gusto, mientras que de la caída de los huevos nadie habla.

Porque después de los 35 se nos ve como viejas obsoletas y a ellos como hombres que la edad los ha hecho más interesantes.

Porque aun ante igual comportamiento, la percepción es distinta, por el hecho de ser mujer

Porque nos quitaron el derecho a la rabia, a la ambición y lo hicieron propio de los hombres.

Porque es un día para continuar en pie de lucha por nuestro derecho a decidir si ser madres o parir, y que este no peligre con cada macho religioso que llega al poder y que nos considera estúpidas e incapaces de decidir.

Porque nuestros cuerpos siguen cargando el peso del honor de las familias, en una manipulación histórica de la que la sociedad no quiere desprenderse

Porque todavía se nos dice que la decencia es guardar silencio, no imponerse, no ocupar espacio, ser menos para no opacar al hombre que tengas a tu lado, porque no les enseñaron a ellos que lo que somos depende de lo que cultivemos y no de que la mujer se anule o disminuya para sentirse grande

Porque aún le venden la idea a las mujeres jóvenes, que están incompletas sin un hombre y que la felicidad está en construir una familia, para que no aspiremos a otras cosas.

Porque las religiones, sus líderes y sus adeptos siguen en su misión de lavar cerebros con ideas arcaicas que violentan y desconocen los derechos de las mujeres

Porque todavía en las iglesias, nos dicen que oremos para que el marido maltratador cambie y que si no ha cambiado es porque no has orado con suficiente fe. Porque son cómplices del maltrato, ya que ellos son maltratadores también.

Es día para seguir luchando por la libertad de ser lo que nos dé la gana de ser, de tener el reconocimiento de nuestros derechos y no seguir siendo seres humanos de segunda categoría de un mundo que ha sido parido por mujeres y que se sostiene en la explotación que por medio de los estereotipos asociados a nuestro genero se hace.

MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO


Comparto el vídeo de esta conferencia, te invito a verlo y compartirlo 


https://youtu.be/Baqm75cqx0M?si=rBF71kbT6722RakC


Contacto e información para charlas de este tema y otros relacionados.

Asesorías jurídicas especializadas en violencia de género.

J.carolinabula@gmail.com 

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La navidad que AIRE-E y la politiquería nos robó

 


Érase una vez una ciudad alegre, conocida por su carnaval, sus personajes internacionalmente famosos, por su comida sabrosa y variada; por ser un importante centro de abastecimiento de políticos con vidas de reyes.

En esa ciudad cualquier cosa era posible, impuestos que se roban impunemente los mismos de siempre y las nuevas caras que llegan a hacer lo mismo, movidos por la envidia de la “buena vida” de los atornillados, pero jamás por brindar un servicio en beneficio de la comunidad, bueno…en nombre y beneficio de la comunidad de amigos personales y familiares, para esos, si suelen hacer bastante.

La alegría de la que se caracteriza y de la que se ufana con gran orgullo, es la resignación del imbécil, que ante los atropellos se vuelve cómplice con el silencio que compran las estrellas del junior, sus nuevas contrataciones, los monumentos a cualquier cosa y por su supuesto las fiestas. Porque si hay quienes saben de fiestas, son los habitantes de esta ciudad.

fiesta con lo ajeno, fiesta con esa espantosa ideología “que el vivo, vive del bobo" creyendo que los comportamientos contrarios a la ley y la falta de ética son cosas de las que se sentirse orgulloso y que el bobo es el que respeta lo que se requiere para mantener una sana convivencia. Eso se traduce en mayor inseguridad, porque les metieron la idea de que si alguien tiene más, eso les da el derecho de arrebatárselo y llevarse consigo la vida de esa persona; se creyeron con derecho absoluto a los beneficios, sin hacer ningún tipo de esfuerzo y a lo que llega a la puerta de la casa y que el esfuerzo está en hacer la fila para cobrarlo; Se llenan de niñas y niños que no quieren, pero que mantienen con su llegada y presencia mas “ingresos” y así se perpetua la pobreza que en este sitio como en el mundo entero se recrudece para las mujeres.

Y hablando de mujeres, hasta hace poco y de forma oficial se referían a nosotras como un producto que podía ser mercantilizado y que era al lado de su fiesta insigne, cosas que podían resultar de interés a nacionales y extranjeros.

A estas personas, les roban con cada periodo político un poco de lo que les cuesta tanto conseguir, todo sube de precio, a todo le gravan impuesto y entre todo lo que le quitan, también se llevaron la navidad, no un grinch con el corazón pequeño, sino varios avaros con ganas de cuentas bancarias más grandes.

Solo es salir a las calles y rememorar las luces y la imaginación en las decoraciones navideñas; las casas en  estos últimos diciembre, lucen casi que igual al resto del año, porque hay un mal que acecha la navidad y que se la ha llevado y reservado solo para unos pocos y para espacios interiores.

No había que ir a los barrios de la gente adinerada, cada casa en los barrios populares era un derroche de luces que alegraba hasta al más amargado, contagiándolo si no era de espíritu navideño, por lo menos le proporcionaba la sensación de estar transitando una época diferente del año.

Las luces no son solo un elemento decorativo, son ilusión para niños y adultos, son un respiro al finalizar el año calendario en el que reevaluamos que de alguna manera nos mantuvimos en pie; época en la que se recuerda a los seres queridos que partieron de una manera diferente, porque si bien se extrañan siempre por igual, las luces daban un alivio, mantenían la esperanza de un reencuentro en un lugar donde todo duele menos.

Las empresas de electricidad, con sus incrementos y sus impuestos, se fueron llevando la magia que las luces y los decorados daban a los habitantes de esa ciudad, como si de un plan macabro para mantener a sus habitantes en la tristeza se tratara. Porque hasta la fiesta anual que es patrimonio de la humanidad está siendo reservada para el disfrute de quienes puedan costear altas entradas a los eventos y de cualquiera que venga de afuera, haciendo para los habitantes naturales que esos días sean unos de caos de movilidad y restricciones, pero no de disfrute.

A este sitio se lo tomó la oscuridad de seres con los mismos apellidos, como si de una novela se tratara; y de unos empresarios de la energía que no están pensando sino en ellos; los políticos nacionales hacen de las suyas, y devuelven con odio lo que esta tierra les representa, porque a los del interior del país, les enseñaron que costa y costeños son una especie de producto defectuoso, con personas que ellos ubican en categorías inferiores y que a propósito representan caricaturizados como lo peor de lo peor, porque ni aun con la campaña de desprestigio, ni los atropellos logran evitar que de estas tierras nazca tanto talento y se conserven ilusiones de una ciudad y un país mejor.

Nuestra naturaleza es susceptible a los eventos, a los estímulos, a los discursos, sin embargo o siendo consientes de esto nos han robado la luz y pagando esos recibos absurdos nos roban mensualmente a los usuarios.

Air-e y los políticos desde hace años nos fueron quitando de a poco, para que el efecto de la rana en el agua hervida nos adormeciera y nos hiciera olvidar la maravillosa experiencia de salir y ver las casas iluminadas y decoradas.

Era un plan salir en familia a ver el alumbrado de los barrios, un espacio familiar, una tradición decembrina, que entre los altos costos del servicio de energía y el aumento desenfrenado de la gasolina, nos quitaron.

En esta ciudad hay miles de males y de malos, que sostienen su reinado del terror en el silencio resignado de los buenos, que se sienten incapaces de combatir tanta maldad.

Nos han quitado tanto y seguirán en eso, alimentando odios y diferencias, destruyendo lo que aporte felicidad e incrementando las situaciones que generan desesperanza, para que sintamos que debemos agradecer cualquier limosna, como lo son que trabajen y que no se roben los impuestos

Nos robaron ya las luces de navidad y todo lo que estas representaban: familias enteras planeando la decoración y trabajando juntos para conseguirla. Familias que disfrutaban de observarlas y niños maravillados con la magia de la navidad.

Cada vez hay menos magia, cada año la oscuridad se toma los espacios que dejó pendiente el año anterior. Cada año vamos más jodidos y con menos ganas de luchar contra lo injusto.

Que en nuestras memorias quede que Air-e no lo hizo solo, que contó que con los políticos y su avaricia. Que en nosotros no se extinga el recuerdo de lo que era ver nuestra ciudad resplandeciente y de todas las sensaciones maravillosas que verla así nos aportaba.

Se nos robaron la magia de las luces de la navidad y con ella un poco de nuestra tradición.

Minimizar la conducta, no hace que esta desaparezca

 


 

Por: Johanna Carolina Bula


Hay situaciones que las familias por comodidad niegan, que minimizan intentando que esa especie de pacto de silencio haga que desaparezcan, algo así como que, si no se menciona, no existe.

Y ocurre todo lo contrario, porque de la intención al resultado sucede todo, menos lo que se espera, pareciera ser algo que la lógica indicaría, pero la lógica no es algo que se deba estar esperando y mucho menos bajo la cual se actúe.

Los hombres maltratadores suelen estar apoyados por sus familias, sean un par de miembros, uno que ejerce dominación o por todos, por eso rara vez estos van a sentir que lo son, pues todo su discurso y lo que hacen no es ajeno, ni extraño a las concepciones bajo las cuales se educó y las que creció observando.

Es más, puede que, en una total inversión de valores, los antivalores pasan a ser la norma del grupo familiar y de los que el maltratador se ampara para continuar ejerciendo todo tipo de violencia.

Las madres tienen un rol importante en la crianza de los hijos, pues en esa concepción terrible y tergiversada de la maternidad, se les pide socialmente a las mujeres madres que perdonen a sus hijos todas las cosas que hacen y de paso las oculten al resto. Sin embargo, esta máxima llevada al extremo es la que hace que se defienda lo indefendible y que se acolite a través de la minimización las conductas de maltrato, intimidación y violencia que sus hijos varones ejercen sobre las mujeres.

Estos hijos dorados de mamá, suelen tener características casi que de manual y suelen comportarse de maneras muy similares con las mujeres de su entorno, dentro de las características que podemos encontrar en estos hombres son:

1.    baja autoestima

2.    regular o nulo control de impulsos

3.    actitudes violentas

4.    malos tratos recurrentes

5.    no toman decisiones sin consultarlas con la mamá

6.    considerar putas a todas las mujeres

7.    negar que su conducta sea violenta

entre otras, que pueden estar o no presentes.

Su forma de comportarse también puede ser muy similar, pues su forma de referirse a las mujeres es con desprecio, no siendo extraño que las llamen “putas” , “perras” , “brutas” y las traten como si fueran inferiores. Una inferioridad que se inventan los maltratadores, porque son conscientes que estas mujeres son mucho más de lo que él podría aspirar.

Estos hombres desacreditan los logros de las mujeres con las que están, pues los atribuyen a la suerte o a que se acostaron con alguien, porque estos celopatas siempre van a imaginarse que su pareja se acuesta con alguien más; catalogan cada interacción social o profesional como un coqueteo, pues para ellos la mujer es una presa fácil de cualquiera y es una ingenua que “no ve las intenciones de los demás”. Intenciones que evidentemente están es en la cabeza del maltratador y de la que se excusa para seguir maltratando.

Suelen burlarse de las aspiraciones de las mujeres, porque en caso de seguir logrando cosas, ellos se van quedando atrás y no hay algo que deteste más un maltratador que una mujer capaz de lograr, lo que él no se atreve ni a empezar.

Los maltratadores suelen inventarse cargos, títulos y experiencias que no tienen con tal de ser vistos como exitosos y miembros importantes de la sociedad, se inscriben en actividades con connotación social alta en las que sus aportes pasan desapercibidos, o en las que aprovechan para hacer gala de su personalidad arribista, pero que cuando se es hombre, se toma como sinónimo de asertividad y ambición.

 

Y su círculo cercano puede notarlo e incluso tenerlo claro, pero la influencia y el papel que juegan ciertos padres, en especial las madres, que saben que su hijo es un maltratador, puede llegar a considerarse de complicidad, pues estas van a apropiarse de discursos violentos y revictimizadores, en los cuales las mujeres en la vida del hijo son las culpables de su comportamiento, sí, para estas madres, las mujeres son esas brujas, seductoras poderosas, capaces de hacer que su hijo haga cosas que no haría, y el cuento se va a repetir con cada una de estas mujeres, que al mismo tiempo tampoco llenan el sinfín de requisitos absurdos de lo que ellas quieren para sus hijos.

Porque al mismo tiempo que ninguna mujer es lo suficientemente buena, pretenden para el hijo maltratador, una que haga desaparecer en su hijo todo lo malo. O todo o nada, o la puta o la redentora son los arquetipos que los maltratadores y sus madres alcahuetas ven en las mujeres, y hago la aclaración, no todo maltratador tiene madre alcahueta, pero los que la tienen, suelen seguir un mismo patrón.

Los culpables para el maltratador y su madre cómplice son los demás, aquellos que denuncian y que alzan la voz en contra de sus comportamientos y acciones, los culpables son los amigos que rompen el pacto patriarcal y les hacen ver que no están actuando bien, son los que socialmente sancionan con la exclusión y los familiares que se atreven a decir lo que no está bien.

Una madre, un padre, una persona que busque culpables por fuera del maltratador, es una persona incapaz de reconocer que quien ejerce violencia lo hace motivado en su carácter y su poca formación emocional y sexo afectiva

No se le hace un favor ni un bien a un maltratador, ocultar y respaldar sus actos en excusas flojas, como que lo hizo motivado por algo, porque es seguir manteniendo el discurso que las mujeres son cosas y brujas manipuladoras.

Hay núcleos familiares enfermos, contaminados de machismo y misoginia, en los que se alaba al guache, al maltratador, al violento, en el que si pega es porque fue provocado, pero jamás porque este tenga cero control de impulsos y dominio sobre sí mismo, siempre, siempre, todo es culpa de alguien más, en especial de las mujeres que son víctimas.

Familias enteras que creen que las mujeres son cosas, son brujas, son putas, que perpetúan el odio y excusan el maltrato “porque algo tuvo que haber hecho”, porque odiar a las mujeres es parte de su cultura y proteger al maltratador un mecanismo de defensa social que, si se expone, pondría en evidencia un defectuoso sistema familiar y las apariencias pesan más que la intención real de corregir y denunciar.

Porque ante los actos de los maltratadores la sociedad, las familias, las instituciones esperan de las mujeres silencio y que en nombre del amor romántico aguanten lo que venga, con tal de no quedarse solas y retener a alguien

Porque aun nuestro amor está atado a lo que seamos capaces de soportar, porque en algún momento ese cretino va a cambiar o la vejez no le va a dar para seguir en las mismas.

Porque ese hombre maltratador es víctima de las mujeres que lo llevan a cometer actos que normalmente ellos no cometerían, porque se inventan cada excusa para no reconocer que en esa familia existe lo que tendrán que rechazar. Y uno no pide que rechacen al hijo, se pide rechazo a su conducta, se pide rechazo a su proceder, se pide que asuma su responsabilidad e irresponsabilidad

Los hombres maltratadores son hijos sanos del patriarcado, son hombres que no valoran a las mujeres, que las ven como cosas o seres humanos de segunda categoría, las familias que acolitan estas conductas y sobreprotegen al maltratador ideando excusas, incluso uniéndose al ataque de diversas formas de las mujeres víctimas, como por ejemplo hablar mal de la mujer para que esta sea mal vista ante los ojos de los demás; decir que ellas son las culpables de sus celos, porque algo hicieron; defender lo indefendible a capa y espada y seguir en la intimidad alentando estas conductas…porque al no encontrar reproche, sino apoyo, se perpetua y se vuelve costumbre. El maltrato hecho hecho costumbre, la violencia hecha ley.

Y así viven todas sus relaciones interpersonales con el sexo opuesto, con prejuicios, con dinámicas de demostraciones de poder a través de la humillación y el maltrato, con chismes sobre la calidad de persona de las mujeres, con el pensamiento inamovible que la única santa es la madre (y a veces ni eso) y todas las demás mujeres son putas.

Los maltratadores carecen de empatía, suelen ser maestros superficiales del engaño y con una inteligencia social y emocional muy limitada. Son seres peligrosos, porque al no poder ser más, buscan hacer menos a los demás, y sus víctimas favoritas son las mujeres.

Porque negar la violencia que un miembro de tu familia ejerce, no es mantener la unidad familiar, estos comportamientos se dan con las mujeres de su familia…es decir, esa unidad no existe, ya está fraccionada, es ser cómplice de violencia sobre otra persona.

Si bien, no siempre estamos en la posición de hacer entrar en razón a un maltratador, tampoco estamos obligados a hacer las veces de público silencioso, por temor a sus represalias y las de quienes lo protegen. Hay que alzar la voz, hay que seguir insistiendo en que lo que está mal, está mal y que los violentos no siempre están afuera, a veces están dentro de la misma casa.

No hay amor de madre que se cuestione, si no se aprueban las conductas violentas de los hijos; pero sí es cuestionable el silencio y el apoyo a través de inventar excusas a hijos que no están actuando de acuerdo al deber ser.

Tener madre, hermanas, tías no ha evitado que un hombre maltrate y tampoco evita que sea machista, así que dejemos de usar esa opinión para hacerle frente a las acusaciones de maltrato.

No hay porqué perpetuar esquemas de pensamiento retrógrados, ni hacerse los de la vista gorda con los maltratadores al interior de la familia, porque si hay algo que no merece nadie es ser víctima de ningún tipo de violencia, mucho menos por razón de ser mujer, en un mundo que odia a las mujeres y sistemas familiares que acolitan maltratadores.

Porque por más que ese maltratador se crea invencible, solo basta una denuncia para que todas las demás empiecen a llegar, porque en algún momento las excusas se acaban y culpar a las mujeres victimas no te hace muy diferente del maltratador.


Nos merecemos familias sanas, entornos seguros y menos gente dispuesta a alcahuetear maltratadores.


Épocas electorales

 


Estamos oficialmente en temporada de abrazos, de hermosas y amplias sonrisas, de visitas a barrios en los que hay posibles votantes, pero sobre los cuales no hay el más remoto interés

Estamos inundados de propaganda, de promesas… de falsedades y corruptos

Seguimos en el mismo juego de siempre, creyendo en las buenas intenciones de personas que ven en la política un negocio, uno muy lucrativo, por cierto. Vocación de servicio, cero

Seguimos cayendo y prometiendo el voto al político que en campaña nos contesta el teléfono y nos hace creer que nos dará una oportunidad laboral cuando obtenga el cargo al que aspira. Porque como sabemos poco se mueve en este país si no hay “palanca”. El esfuerzo y la experiencia son sobrepasados por a quienes conozcas y ese sitio donde te puedan poner

Esos mismos números telefónicos que hoy tan rápido entregan, los grupos de WhatsApp en los que feliz y activamente participan, serán los primeros en cambiar cuando las cosas salgan o no salgan. Porque si salen, no piensan cumplir lo que prometieron y si no salen, no pagaran lo que quedaron debiendo…sea plata o sean favores

Quedaran los de siempre, aunque cambien los nombres, se repetirán una y otra vez en un bucle infinito la ineptitud en ejecución y quedaran al descubierto sus incapacidades para hacer lo que les toca.

Cobraran un sueldo que no se merecen pero que justificaran con intervenciones torpes, ilógicas eso sí pronunciadas a viva voz, con ese cantadito que a los incautos tanto complace; otorgarán contratos a dedo, emplearan y beneficiaran a sus círculos cercanos y el resto comeremos la misma mierda, porque para repartir la pobreza, para eso, los políticos de este país, sí que son buenos

Nos dirán que son de una ideología o de la otra, se pondrán banderas que significan menos que nada, porque la ambición no conoce de ideologías y tampoco se interesa por educar, por alimentar, por cumplir

Los contratistas seguirán siendo los mismos inoperantes, cuyas obras son desechables, y que demoran el tiempo que necesiten para secar el pozo de recursos del cual están bebiendo

Veremos la misma corrupción, con las mismas justificaciones. Seremos víctimas de las mismas palabras vacías que tantas otras veces nos han dicho, creeremos ciegamente en pájaros que nadan, en ilusiones de un futuro mejor, uno de oportunidades y equidad.

Porque si de algo adolecemos es de ingenuidad, me dirán que su familiar si es honesto, que su candidato si va a cumplir, y seguramente lo hará, como lo han hecho siempre, de una manera selectiva y por conveniencia.

Seguirán saludando de vez en cuando, te dirán que están gestionando eso que le has pedido, cuando jamás han movido un dedo. Pero te mantendrán la ilusión porque saben que siempre hay elecciones más adelante nuevamente y que no es conveniente desechar a sus electores. No porque les importes como persona, les importa el voto que representas.

Se comprarán votos y se esclavizaran conciencias, se venderán votos y se compraran falsas lealtades, a unos les prometerán bolsas de cemento y mercados a otros puestos y contratos. Porque la necesidad tiene cara de perro y el interés personal prima sobre el general, porque al parecer todos tenemos precios.

Quizá nos merezcamos nuestra suerte, quizá nos merezcamos la forma de actuar para con nosotros de los políticos, porque lo que se roba o se otorga en beneficio nuestro es válido, más no así para el otro.

Porque nos acostumbramos a lo malo y a las malas personas, porque con indiferencia permitimos que la falta de ética impere, porque las malas personas parecen poder controlarlo todo y parecen poder en contra de todo pronóstico. Porque las maquinarias seguirán existiendo, mientras le comamos cuento al circo de desubicados que destruyen con su poca preparación y pocas ganas lo que nos queda de país.

Estamos en época electoral y el show que se despliega de humanidad no es más que una estrategia escueta que sigue dando los resultados que los políticos esperan. Porque saben que estaremos callados ante sus robos, siempre y cuando medio hagan algo, así de conformistas nos hemos vuelto, preferimos las migajas y de paso damos gracias por ellas.

A ejercer el derecho a elegir (aunque las buenas elecciones sean pocas o nulas), pero a ejercer el derecho a exigir, porque lo merecemos. Porque la política debe cubrirse de dignidad y trabajo honrado y dejar de ser el negocio de unos cuantos que perjudica a muchos.  

 Mientras tanto sea consiente que ese trabajo de campaña gratuita que usted hace, es esfuerzo perdido, ya la torta está repartida, no se desgaste las cuerdas vocales en gritar “mi candidato” porque ni es suyo, ni usted le importa.


 

LOS HIJOS NO SE HACEN SOLOS, TAMPOCO TENDRÍAN PORQUE SER MANTENIDOS POR UNO SOLO DE SUS PROGENITORES.

 


Por: Johanna Carolina Bula 

De manera muy instintiva los hombres que se niegan al pago de la manutención de los hijos, saben perfectamente que con esto están coartando la libertad de la mujer, pues de su pecunio tiene que solventar todos los gastos del menor o los menores, afectando su vida digna y su libertad.

No pagar la pensión alimenticia es un castigo que da el hombre deudor a la madre que ostenta la custodia, y en muchos casos es una herramienta de control hacia la mujer, pues estos imponen requisitos absurdos para cumplir con la obligación que tienen con los menores, como el que la mujer deba atender a este hombre en su casa y recibirlo; o a través del chantaje imponerle que no tenga relaciones sentimentales ni sexuales con otros hombres. No es raro que esperen que la vida de las mujeres de las que se separan se detengan en una especie de letargo nostálgico, de añoranza y dedicación exclusiva a sus hijos.

Porque en ese mundo de pendejadas machistas, estos dicen cuidar una cantidad de plata que no están dando. Los escuchas decir que estas mujeres, se gastan la plata en uñas, en pelo, en mantener al nuevo marido; como si alimentar, vestir, educar y dar un techo no representaran un alto costo. Esos son los que, con cuotas irrisorias, juran que sus hijos jamás deben necesitar nada fuera de ahí y que absolutamente todo está cubierto y que además ni siquiera lo ven como lo que es, que es un aporte para el sostenimiento del o los hijos que se tuvieron, sino que se convencieron que es una plata que le regalan a la mujer con la que los tuvieron.

Son los que llegan a los consultorios jurídicos mal vestidos a decir que es porque la horrorosa de su ex mujer le quita todo lo que gana, como si la cuota fuera establecida en una ruleta y le fuera impuesta por alguna especie de suerte; cuando se tienen en cuenta los ingresos de ambos para repartir la cuota: porque quien tiene la custodia, termina asumiendo muchos más gastos y atravesando más penurias al momento de hacer rendir el dinero. Pero nuestra sociedad nos ha hecho creer que es obligación de las mujeres mal vivir y estirar cada peso, nos ha dicho que debemos renunciar a todo para suplir lo que el padre deudor deja de cumplir, y sin embargo somos la burla de esa sociedad que nos cataloga de pendejas por no haber sabido escoger al papá de los hijos. Pero que a este sujeto, deudor e irresponsable lo deja libre de responsabilidad y culpa

Frases como “todo es por plata” o “es una mantenida” son las que en el ejercicio profesional se suelen escuchar de manera repetida, porque la inmadurez de estos sujetos les da para decir a viva voz que ya ellos tienen otra familia, como si tener más hijos o pareja nueva, anulara a los hijos previos, sus necesidades y sus derechos.

Estos mismos sujetos son los que ejercen violencia en otros aspectos, porque rara vez la violencia económica viene sola, está forma parte del ejercicio de diversos tipos de violencia en contra de la madre que tiene la custodia y de los menores, a quienes se les violenta su derecho de una vida digna, ante la negativa de cumplir con un derecho fundamental económico.

 

Los malos tipos lo serán siempre, y la separación no hará que la violencia termine o disminuya, al contrario, esta va a trasladarse a las obligaciones económicas y en los controladores se ampliará a los hijos, a los que usaran para satisfacer su necesidad de control sobre la madre y dentro de las manifestaciones que podemos encontrar está:

1.    el llevar o recoger a los hijos en horarios distintos a los acordados

2.    entrar a la casa en la que viven los hijos con la floja excusa de que pueden hacerlo (y no se dejen engañar mujeres, sus ex parejas o padres de sus hijos no tienen ningún derecho a perturbar su tranquilidad con el ingreso al hogar que ahora es suyo y de sus hijos)

3.    Preguntarles a los menores y exigir saber sobre lo que hace la madre, si recibe visitas, con quién habla, etc

 

Las mujeres, pueden negarse a recibirlos en la sala, a que entren a dar órdenes sobre lo que en su casa acontece y no tienen potestad alguna sobre las decisiones que se tomen al interior de esas cuatro paredes (siempre y cuando no afecten a los niños). Esto no afecta los derechos de los menores proteger la propia intimidad y la paz mental, aunque la opinión de la mayoría sea decirles “que el que nada debe, nada teme” con los controladores cualquier acto normal es una deuda pendiente.

Los hombres controladores llamarán puta a la madre de sus hijos que salga de fiesta, tenga una cita o empiece una nueva relación de pareja y recriminaran y amenazaran con quitarle a los hijos, solo por el placer de desestabilizar la vida de la mujer que decidió no seguir más con ellos, ¡no se confundan no es amor, es celotipia, es inmadurez, es control!

Llamaran incesantemente para controlar el tiempo y las actividades de la mujer y sus hijos y se pondrá el antifaz de padre preocupado y protector. Esta debería ser una alarma para las autoridades, todo hombre que luzca encantador y calmado en demasía ante una madre estresada, es un síntoma que indica las presiones a las que la somete. Nadie que se sabe inocente, se esfuerza tanto por no parecer culpable, como aquellos hombres acostumbrados a ejercer violencia de género.

 ¡Tener hijos implica hacer aportes económicos! 

El principito

Por: Johanna Carolina Bula  Érase una vez en un país muy muy muy lejano, tan lejano que diera la impresión de ser todos los lugares al mismo...