UN DESAHOGO PERSONAL

A nivel personal, solía ser muy escéptica con respecto al tema de la envidia.

Digamos que pensaba, que eso les pasaba a personas ricas, famosas, bellas...talentosas. Por lo tanto me consideraba una especie exenta de despertar envidia en algún aspecto de mi vida.

Pero, como de locos está lleno el mundo, a alguien se le dio por esparcir su veneno en un momento que ya conocerán de mi vida.

Sé que este escrito, más que reflexiones, generará curiosidad sobre quien fue la persona y hasta pueda que le dé pie para una nueva temporada de chismes, todo bajo la imagen de puritana y noble que su fanatismo religioso le provee.

Un día cualquiera, publiqué en mi estado de WhatsApp una foto de dos libros que me regalaron con sus respectivas dedicatorias, para quienes me conocen, saben que una de las cosas que más aprecio es que me regalen libros, en este caso revestían mucha más importancia, pues los había escrito (los libros, no solo las dedicatorias) la persona con la que estaba empezando a salir.

Las dedicatorias me parecieron divertidísimas y pues se me antojó publicarlas en mi estado de whatsapp en horas de la mañana, sin siquiera imaginar la cadena de mensajes, sucesos y chismes que eso iba a suscitar.

Hasta ahí, podrían estar pensando, que una foto así, no tendría porqué ser relevante, pero están lejos de estar en lo correcto.

Ni bien, pasadas dos horas de la publicación, una persona (mujer) me escribe:

-          Ay yo lo conozco, él es amigo mío, me lo saludas.

Comentario al que no le di la mayor importancia, realmente barranquilla es muy pequeña y uno llama por diplomática costumbre “amigo” a personas con las que coincidió en algún espacio y pues, en caso de que fueran muy amigos, tampoco era una cosa del otro mundo.

Ese día, entre todos los planes que tenía, estaba una tarde de vinos con la persona que estaba saliendo y al final de la tarde, encontrarme con 2 amigas para cenar y coctelear como forma de celebrar “amor y amistad” atrasado. ¿Y qué tiene que ver esto que les cuento? Que ahí debí darme cuenta que apenas empezaban una serie de desafortunados chismes y malos comentarios.

Pasadas las 11 de la noche, una hora a la que esta mujer, jamás y nunca me había escrito, me llega un mensaje con la siguiente pregunta:

-          ¿Cómo te fue en tu evento académico con Jorge?

Dicho el nombre, sabrán que la historia tiene que ver con mi actual esposo.

Mi respuesta fue tal como se espera de una pregunta sobre la cual no hay motivo para hacer, ni era una situación que yo había querido dar a entender

-          ¿Quién dijo que yo estaba en un evento académico?

La persona quiso seguir preguntando, no sin antes expresar su fastidio y frustración con la respuesta, pero yo estaba muy entretenida cotorreando con mis amigas, por eso pasé por alto el hecho. Pero para que vean, todavía seguía absolutamente ingenua de lo que se vendría.

Al par de días tanto mi esposo (en ese momento novio) como yo, empezamos a publicar fotos juntos, situación que aprovechó la mujer en cuestión para hacer preguntas y comentarios que ni al caso. Solo por mencionar algunos, me ha dicho “ay, pero él está casado, ¿cómo está la esposa?”

Uno puede ser caída del zarzo, pero no tanto, si eran “tan amigos” ¿cómo no sabía qué se había separado? Otros de sus apuntes fueron: “el baila muy rico”, “dile que me alegró mucho por sus logros”

Y así siguieron y siguieron, empezaron inofensivos y esporádicos, para convertirse en punzantes, intrusivos, venenosos y casi diarios.

Yo mientras vivía mi relación como cualquier persona que está feliz y que no tiene porqué ocultar que está con alguien.

Lo más bajo, me pareció cuando una mañana me escribió, un interminable texto, que en resumidas cuentas intentaba aleccionarme sobre la forma que según ella, yo debía manejar mi relación, que yo no debía publicar fotos, que la gente era muy envidiosa, entre otros consejos no solicitados.

Si, así como lo leen.

Las particularidades de esto radican en varios puntos.

1.       Se suponía éramos amigas desde pequeñas, que con los años uno deja de ser tan cercana, pero de las personas que yo consideraba una amiga

2.       Jamás mencionó que habían en el pasado, unos 12 años antes, habían sido por algunos meses, más que amigos.

Mientras esto pasaba por un lado, por el otro indisponía a una persona que los 3 teníamos en común en mi contra,  y a otras cuantas personas afirmando que como era posible, que siendo yo amiga de ella, tuviera una relación con su ex, que las amigas no hacen eso. En términos generales, para quienes le compraron su versión de la historia, yo era una especie de amiga traicionera.

Pero a su versión le faltaban demasiados pedazos:

1.       Hasta antes de nuestra primera cita a ciegas, nunca nos habíamos visto

 

2.       Nuca vi una foto de él o la escuché mencionar su nombre, antes de que su tía nos presentara

3.       En el momento que empecé mi relación con Jorge, ella tenía un poco más de 1 año de casada y una nena de unos meses de nacida.

4.       A mí ella me dijo que eran amigos, nunca me dijo “fuimos novios, pareja, arrejunte” o alguno de sus equivalentes

5.       Tampoco nunca mencionó en su versión que su relación había sido hace unos 12 años antes de que me conociera.  

¿Y que cuál era el gadejo? si en la vida de Jorge habían estado otras personas, hasta había estado casado y casi todos nos hemos casado con el ex de alguien. Ella estaba casada, yo supongo que su rabia radica en que cuando se quiso casar, se le dio por contactar a sus ex y este, que al parecer nunca superó, se le escapó.

Total, terminó por crearme una imagen poco favorable, con sus verdades a medias, con sus chismes y sus inventos, unos que la fachada de su religión le permiten mantener; hoy cuento esta historia, porque la tengo atragantada, porque me genera rabia la bajeza de su actuar, porque su envidia quiso poner en el principio de nuestra historia una mancha.

Porque a ella le fue muy fácil hablar mal de alguien que era su amiga y enlodarla hasta más no poder con las personas en común, con el círculo cercano.

Ni siquiera por ella me enteré de que habían estado relacionados, ya mamada de sus insistentes comentarios venenosos, le mostré a Jorge las conversaciones y ante todo lo que leyó, me puso en contexto de la situación. Es decir, que mientras decía a boca llena que yo estaba con su ex, yo ni idea de que habían tenido algo.

Así actúan las malas personas, las que son infelices con su vida, las que creen que pueden destruir reputaciones porque amanecieron con ganas de eso.

Esta es una anécdota que comparto, para que vean lo que son las personas perversas, esas que van a emmaus para aparentar ser buenas, pero son seres humanos terribles.

Entre tantas cosas, todavía se me culpa de haber destruido la amistad con la persona que les mencioné que los 3 teníamos en común, cuando la verdad es que esa persona, solo se prestaba para hablar mal de mí y decir que yo era quien le había faltado a la amistad, entre mil cosas más y hasta se prestó para reclamarle a Jorge, sobre porqué estaba yo con él, siendo ex de esa otra persona. A pesar de saber cómo y cuándo nos habíamos conocido.

La envidia es una vaina jodida, resultaron envidiando mi relación, “el haberme quedado” con una persona que otra no superó. Me convertí en el objetivo de una persona obsesiva, mentirosa y disociadora, que usa el chisme como arma.


 

 

1 comentario:

  1. Y entonces tenias q tener un oráculo para saber q habían tenido algo. Si fuera amiga en vez de Indirectas hubiera hablado y comentado desde el principio. Loba vestida de oveja, peor aún, enemiga disfrazada de amiga.

    ResponderEliminar

Si yo me comportara como los abogados de las redes

Por: Johanna Carolina Bula  El doble rasero con el que se evalúa a mujeres y hombres no se limita a la vida cotidiana, se extiende a la part...