EL UMBRAL DE MERECIMIENTO

“Es como matarse por tenerle miedo a la muerte” … 
La vida no es fácil y mucho menos justa, tiene tanto círculos viciosos como triángulos amorosos y traumas infantiles que llevamos a la vida adulta y a partir de ellos construimos nuestro umbral de merecimiento. 
Muchas personas van siguiendo las huellas de otros porque creen que son las correctas, aceptan migajas convencidos que es mejor las migajas de algo malo que la ausencia de eso mismo.
 ¿son tus metas genuinamente tuyas? No todos queremos sacrificar lo mismo, las condiciones humanas y sus limitaciones, no todos pueden y quieren hacer todo, en realidad estamos operando desde un lugar que no es nuestro, porque nada de lo que decimos querer nos pertenece.
 Tendemos más a evitar el dolor que a buscar el placer, por eso nos quedamos donde no nos rechazan, en vez de quedarnos donde nos aman. 
Por eso cumplimos el sueño de papá de ser abogados, el de mamá de casarte de blanco, aunque nada de eso te haga feliz. Y como eso que logramos, no era lo que queríamos, nada nos llena de satisfacción y nos deja la sensación constante de no ser suficiente y de no haber logrado nada, aunque hayamos hecho mucho, pero fue tanto de todo lo que los demás decían que debíamos hacer y no lo que resonaba con nosotros. 
Invertimos en los proyectos y sueños equivocados, operamos desde el no quiero que me rechacen y no operamos desde el amor, el propio, a lo nuestro.

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